La situación actual de la lucha biológica en cultivos hortícolas  en invernaderos de Almería es de una consolidación de su utilización,  tanto por parte de agricultores y técnicos, como por parte de las casas  comerciales encargadas de la producción de los enemigos naturales  empleados. No obstante, en el sector hay una grave carencia como es la  necesidad del desarrollo y la disponibilidad comercial de agentes y  sistemas de control biológico contra fitopatógenos. Esta necesidad se ha  puesto todavía más de manifiesto en la pasada campaña, debido a una  mayor incidencia de fitopatógenos, consecuencia de la elevada  pluviometría durante el invierno y la primavera.
 
       Según se desprende de los datos de la Junta de Andalucía (2010),  la campaña pasada, en cultivos hortícolas en invernaderos de Almería ha  presentado, en líneas generales, una gran incidencia de hongos  fitopatógenos.
Incidencia de plagas y enfermedades
Tomate
En tomate, la presencia de mosca blanca (Bemisia tabaci) ha sido  baja, salvo en determinadas zonas donde ha sido necesaria la realización  de tratamientos químicos para su control al inicio del cultivo. Con  posterioridad, con su establecimiento, Nesidiocoris tenuis ha podido  controlar las poblaciones de la plaga. La incidencia del virus de la  cuchara (TYLCV), transmitido por mosca blanca, ha sido de media a baja.
A su vez, los daños por el trips de las flores (Frankliniella  occidentalis) se han presentado bajos, pero con necesidad de realizar  tratamientos químicos con cierta frecuencia en tomates de primera  plantación; sin embargo, en los de segunda, las poblaciones de la plaga  se han mantenido sin casi necesidad de realizar aplicaciones  fitosanitarias. En ambos casos, la incidencia del virus del bronceado  (TSWV) ha sido baja o muy baja.
Respecto al minador del tomate (Tuta absoluta), en cultivos en  invernaderos ha pasado de una gran incidencia en la campaña 2008-09, a  una situación relativamente menos complicada en la campaña 2009-10. La  incidencia de la plaga ha sido menor y se ha realizado un mejor control  con enemigos naturales, como Trichogramma achaea y N. tenuis, o con la  aplicación de productos insecticidas específicos, aunque ha habido  invernaderos y zonas donde ha sido necesario arrancar el cultivo por los  ataques. Con la salvedad antes apuntada, los daños en hojas han sido  bajos, salvo al final del cultivo, como es lógico, pero los daños en  frutos, casi siempre, y especialmente si se ha realizado un buen manejo  de la plaga, han sido muy bajos. Esta plaga, como exótica introducida,  ya ha sufrido los efectos de su adaptación a una nueva área geográfica,  como ya se había pronosticado (Cabello, 2009), con bajadas de sus  poblaciones por adaptación de los enemigos naturales autóctonos (foto 1)  y/o efectos del clima, como ha ocurrido durante el pasado año.
Aparte de T. absoluta, ha habido poca incidencia de otros lepidópteros plaga en este cultivo.
Por el contrario, volviendo a los datos de la Junta de Andalucía  (2010), la incidencia de enfermedades en el cultivo de tomate ha sido  muy elevada la pasada campaña, especialmente de septiembre a diciembre  de 2009, por las particulares condiciones climáticas; así la incidencia  y, por tanto, la necesidad de frecuentes tratamientos fungicidas ha sido  elevada para oidiosis (Leveillula taurica), mildiu (Phytophtora  infestans) y podedrumbre gris (Botrytis cinerea).
Pimiento
En pimiento, otro gran cultivo en invernaderos de la zona por la  superficie que ocupa, la mosca blanca ha presentado unas poblaciones  bajas, durante todo el ciclo del cultivo, pero se necesitaron  tratamientos químicos y liberaciones de Eretmocerus mundus al inicio del  ciclo, hasta el establecimiento de Amblyesius swirskii. Posteriormente,  el control de la plaga por este enemigo natural ha sido muy bueno.
La incidencia de áfidos o pulgones ha sido bastante más elevada que  en las últimas campañas y por primera vez se han encontrado frutos  manchados; así se han incrementado bastante las liberaciones de Aphidius  colemani y/o tratamientos aficidas.
Las poblaciones del trips de las flores (F. occidentalis) se han  mantenido bajas por el buen control de su depredador: Orius laevigatus;  no obstante, al final del ciclo, parece que dichas poblaciones de la  plaga se han incrementado, así como sus daños en frutos.
Los daños y poblaciones de otras plagas, como araña blanca  (Polyphagotarsonemus latus) han sido relativamente importantes al inicio  del ciclo con necesidad de aplicaciones acaricidas o rosquilla verde  (Spodoptera exigua) que lo ha sido más al final del ciclo en  determinadas zonas; aunque en otras la plaga ha estado presente durante  todo el ciclo.
Igual a lo indicado para tomate, en pimiento, los daños por hongos  han sido importantes, siendo necesarias aplicaciones fungicidas  frecuentes en el caso de oidiopsis (L. taurica), debido a una muy alta  incidencia por condiciones climáticas favorables al desarrollo del hongo  y posteriormente, por existir bastante cantidad de propágulos, lo que  obligó a un número de tratamientos fungicidas muy elevado, en casi todo  el ciclo del cultivo. A su vez, la podredumbre gris (Botrytis cinerea)  ha estado presente en algunas zonas (como El Ejido), al final del ciclo.
Sandía y melón
Los cultivos de sandía y melón han presentado una problemática  fitosanitaria similar en la pasada campaña. Así, la mosca blanca tuvo  bajas poblaciones, pero fue necesaria la realización de liberaciones del  ácaro A. swirskii y aplicaciones insecticidas, de forma relativamente  frecuente.
Para estos cultivos, como se indicó anteriormente para tomate y  pimiento, la mayor incidencia de áfidos o pulgones han hecho necesarias  liberaciones de A. colemani o tratamientos aficidas.
Igualmente, la incidencia del mildiu (Pseudoperonospora cubensis) y  del oídio de las cucurbitáceas (Sphaerotheca fuliginea) ha sido  relativamente importante, según la zona, pero mayor en melón que en  sandía.
Pepino y calabacín
En los cultivos de pepino y calabacín fueron necesarias liberaciones  de enemigos naturales (E. mundus y A. swirskii), así como tratamientos  insecticidas, tanto al principio de los ciclos, como durante los mismos,  para el mantenimiento de las poblaciones de mosca blanca. Las mismas  fueron algo más elevadas en calabacín que en pepino.
Por otra parte, la incidencia de trips y áfidos ha sido relativamente importante en pepino.
En relación a las enfermedades fúngicas, el oídio (S. fuliginea) ha  tenido incidencias de medias a altas, con necesidad de aplicaciones  fungicidas relativamente frecuentes, en ambos cultivos; pero el mildiu  (P. cubensis), por el contrario, se ha presentado con mayor frecuencia  en calabacín.
Berenjena
Finalmente en este apartado, dentro de los cultivos en invernaderos  más importantes, debemos hacer mención al de berenjena. En el mismo, las  poblaciones de mosca blanca (B. tabaci) se han mantenido bien  controladas, sin llegar a manchar los frutos, por la acción de enemigos  naturales (N. tenuis y A. swirskii, que se instalan muy bien en el  cultivo). Se debe señalar que el éxito del control biológico en este  cultivo ha sido mayor que en pimiento en invernaderos con buenas  instalaciones y cerramientos.
A su vez la incidencia del trips ha sido de media a baja,  prácticamente sin necesidad de aplicaciones insecticidas y ha habido, en  algunas zonas, presencia de focos de áfidos.
En el caso de las enfermedades fúngicas en este cultivo en la pasada  campaña, a diferencia de los anteriormente mencionados, parece que no se  presentaron de forma acusada.
Situación actual del control biológico en cultivos hortícolas en invernaderos
Podemos considerar que la utilización de la lucha biológica en  cultivos hortícolas en invernaderos es una realidad, hoy día, totalmente  consolidada y de la que no existe vuelta atrás. Ha habido una  importante adaptación, por parte de agricultores y técnicos a estos  nuevos métodos de control, que son más exigentes en cuanto a  conocimientos prácticos en campo y requieren una mayor dedicación en las  parcelas de cultivo.
La importancia de la utilización de enemigos naturales en control de  plagas en el sector puede ser evaluada de dos maneras. Una de ellas, que  ya ha sido expuesta de forma reiterada, pero que conviene volver a  recordar, es la importancia de la superficie en la que se aplica  (Aparicio, 2009), como se recoge en figura 1.
Otra forma de evaluar dicha importancia, que además es una  herramienta fundamental en las posibilidades de la aplicación de los  programas de control biológico, es ver la importancia del sector de  empresas productoras de organismos de control biológico (OCBs) o  biofábricas, ya que sólo para la provincia de Almería, el montante bruto  de negocio de dichas empresas ha llegado a ser de 50 millones de euros  al año; similar al del mercado de productos fitosanitarios, para el  mismo ámbito de actuación. El número de empresas y los OCBs comercializados se reflejan en la figura 2.
Aunque la situación actual de la utilización de la lucha biológica,  como se indica en los párrafos anteriores, es buena y consolidada, hay  un elemento importante, o mejor dicho una traba importante en toda la  producción integrada en cultivos hortícolas en invernaderos, que es el  desarrollo y puesta a punto comercialmente de sistemas de control no  químico de fitopatógenos, especialmente contra enfermedades fúngicas.  Aunque hay un buen desarrollo teórico sobre el tema y algunas  aplicaciones prácticas (Cook y Baker, 1983; Heydari y Pessarakli, 2010),  parece que es necesario avanzar bastante más en el tema, para al menos  poder alcanzar el mismo nivel de soluciones encontradas en el control  biológico de artrópodos plaga.
Otro aspecto que requiere un mayor desarrollo es el control de  lepidópteros plaga, en especial de Spodoptera spp., ya que en la  actualidad, a pesar de disponer de herramientas como el Bacillus  thuringiensis y el virus de la poliedrosis (SeNPV), se están utilizando  en la práctica muchos fitosanitarios para su control que pueden  interferir con el control biológico de otras plagas.
Perspectivas y extensión de la lucha biológica
A pesar de lo anteriormente señalado sobre la extensión de la  aplicación actual de la lucha biológica contra artrópodos plaga, existen  todavía algunas lagunas que salvar y otros aspectos que abordar; sin  olvidar la necesidad de evolución constante de la forma de aplicación de  estos OCBs, como se ha ido observando en las últimas campañas, de  manera que no se trata de un sistema cerrado, sino que es totalmente  dinámico, que ha ido cambiando, adaptándose y mejorándose a lo largo de  dichas campañas.
Tomate
Así, en el cultivo de tomate, a falta de un depredador mejor adaptado  al cultivo, se va comprobando que N. tenuis se consolida como un buen  agente de control de plagas, más específicamente de mosca blanca,  gracias a la realización de liberaciones, utilización de plantas  reservorio, introducción desde semillero, e inclusive por su entrada de  forma natural en el invernadero. Sus inconvenientes son bien conocidos,  por una parte, el periodo relativamente largo para su colonización  efectiva y establecimiento en el cultivo (dificultad que tratan de  salvar los nuevos sistemas de aplicación mencionados) y, por otra, la  necesidad de no permitir poblaciones muy elevadas a fin de minimizar los  daños sobre las plantas.
También en este cultivo se están presentado problemas, cada vez  mayores, debidos a vasates (Aculops lycopersici) (foto 2) del que no se  dispone de enemigos naturales comercialmente, o también presenta  problemas Tetranychus evansi (foto 3) para el cual los enemigos  naturales actualmente disponibles son poco efectivos, unido al problema  de su utilización en tomate.
Pimiento
En cultivo de pimiento en invernadero, para el cual se dispone de  todos los enemigos naturales y se aplican casi en el 100% de su  superficie se puede observar, de los datos de la Junta de Andalucía  (2010), una evolución en el sistema, que debe ser corregida ya que se  está pasando de un excelente control por OCBs a empezar a aparecer  ciertos problemas.
Así en la pasada campaña, al final del ciclo del cultivo, las  poblaciones de mosca blanca y de trips se han visto aumentadas con daños  en frutos. Ello puede ser debido, y las gráficas de la Junta de  Andalucía antes mencionadas así parecen indicarlo de forma muy clara, a  la alta competencia inter-gremial entre los depredadores A. swirskii y  O. laevigatus, en menor presencia de sus presas respectivas en la última  campaña, lo que hace que sus poblaciones, en dicho momento (final del  ciclo) no sean suficientemente altas para lograr el control de las dos  plagas. En el primer depredador la causa es la mortalidad originada por  Orius, y en el segundo por falta de alimento (Amblyseius), que creemos  que han permitido estos repuntes de la plaga en dicho momento del ciclo.  A esto muy posiblemente se ha unido el elevado número de tratamientos  fungicidas realizados en la pasada campaña, así como otros factores  como las bajas temperaturas, falta de alimento alternativo (menos  flores), etc.
Berenjena
A su vez, en berenjena parece que sucede igual que para melón y  sandía, aunque sea este cultivo de ciclo largo; ello pudiera ser debido  al efecto de los tricomas de las hojas que provoca una instalación más  tardía y no alcanzar más del 60% de presencia en plantas (según los  datos de la Junta de Andalucía, 2010). En el caso de berenjena se debe  considerar, en función de los datos, que N. tenuis es una herramienta  muy buena para el control de mosca blanca. Por el contrario, A. swirskii  presenta una muy buena instalación en otro cultivo de ciclo corto  (pepino), pero poblaciones tampoco muy altas.
El tema de la mayor incidencia de áfidos o pulgones, así como su  control biológico es otro aspecto importante, pero que es tratado en  otro artículo de este número de la revista.
Otras cuestiones
Hay que poner de manifiesto los efectos altamente beneficiosos de la  reducción drástica de los tratamientos fitosanitarios no compatibles con  fauna auxiliar en la zona, como ha sido la reducción de las incidencia  de las primeras entradas de plagas en los invernaderos (mosca blanca,  trips, etc.), seguramente debido a la mayor abundancia de enemigos  naturales en las zonas que actúan como reservorios de estas plagas; a la  mayor entrada de forma natural de los enemigos naturales en los  invernaderos; así como de un caso de especie plaga de la que ya poco se  habla, el submarino (Liriomyza spp). Evidentemente, esta especie, que ya  contaba con buenos enemigos naturales en la zona (especialmente  Neochrysocharis formosa) cuando se realizaban más aplicaciones de  fitosanitarios de síntesis, habrá podido incrementar mucho más sus  poblaciones, dentro y fuera de los invernaderos, de forma que el  submarino se está convirtiendo en una plaga secundaria.
En el sentido de lo indicado en el párrafo anterior, se ha iniciado  una línea de investigación por el Departamento de Técnicas de Producción  de Coexphal (Blom van der, 2010. Com. pers.) para el estudio de los  setos y otras plantas que en los exteriores de los invernaderos pudieran  actuar como reservorios de enemigos naturales. Sus efectos pueden ser  muy beneficiosos cuando el sistema pueda estar totalmente desarrollado.
Finalmente, en este apartado, hay que mencionar otros dos efectos  colaterales de la extensión de la lucha biológica en nuestros  invernaderos. Por una parte, es de señalar y destacar el gran esfuerzo  que en la actualidad llevan a cabo las empresas que sacan al mercado  productos fitosanitarios basándose en estudios que realizan sobre sus  efectos sobre OCBs empleados. Esto es una herramienta fundamental en la  extensión de los métodos de lucha biológica y/o integrada; especialmente  en el caso de fungicidas químicos, así como en el control de plagas de  artrópodos para los que no se dispone de OCBs. Ello también ha sido una  excelente contribución para la extensión y éxito de los actuales  sistemas fitosanitarios en invernaderos de Almería. Sin embargo, hay que  indicar que en la presente campaña ha habido una mayor utilización de  fitosanitarios compatibles respecto a la anterior, debido probablemente a  los problemas causados por hongos. No obstante, que estos productos  sean "compatibles", como se desmuestra en los bioensayos  correspondientes, mediante una o dos aplicaciones, no significa que sean  totalmente inócuos, de forma que cuando se realizan, como en esta  campaña, muchos tratamientos con dichas materias se presentan problemas  acumulativos con los OCBs,  sobre todo en el cultivo de pimiento.
Por otra parte, a diferencia de lo anterior, hay una laguna  importante en relación a las empresas productoras de semillas. Como es  claramente conocido y anteriormente se ha mencionado, el comportamiento y  eficacia de los diferentes OCBs depende del cultivo y esto puede ser  una barrera difícil de franquear. Sin embargo, hay otro aspecto poco  conocido y menos divulgado: los diferentes comportamientos y sus  eficacias respectivas de los OCBs según la variedad cultivada. Ello se  ha demostrado recientemente para el caso de las variedades de tomate  (Cabello et al., 2010). Por ello, sería necesario y exigible, a dichas  empresas productoras de semillas, que consideraran también los posibles  efectos sobre OCBs de las nuevas variedades que vayan sacando al  mercado; en parte de esta cuestión depende también la rentabilidad de  las mismas, dada la actual situación del sector.
Ahora sí se puede finalizar este artículo haciendo una especial  mención al denominado "milagro verde almeriense", debido al interés de  las Administraciones autonómica y central, conjuntamente con las  empresas productoras de OCBs, de extender el sistema de la utilización  de la lucha biológica a otros cultivos y áreas geográficas de nuestra  comunidad autónoma, como el fresón y el olivar, sólo por citar dos  ejemplos muy importantes.
Aparicio, V., 2009. Control biológico de plagas de cultivos  hortícolas protegidos en el marco de la producción integrada. Vida  Rural, 299: 40-44.
Cabello, T., 2009. Cultivos hortícolas bajo abrigo: control biológico  de Tuta absoluta en tomate.11 Symposium Nacional de Sanidad Vegetal.  Junta de Andalucía. Sevilla: 199 - 217.
Cabello, T.; Guerra, J.M.; Gallego, J.R.; Fernández, F.J., Parra, A.;  Vila, E., 2010. Tomato varieties effects on the efficiency of natural  enemies against South American Tomato Pinworm, Tuta absoluta. IX  European Congress of Entomology. Budapest.
Cook, R.J.; Baker, K.F., 1983. The nature and practice of biological  control of plant pathogens. American Phytopathological Society. St.  Paul.
Heydari, A.; Pessarakli, M., 2010. A review on biological control of  fungal plant pathogens using microbial antagonist. Journal of Biological  Sciences, 10: 273-290.
Junta de Andalucía, 2010. Red de Alerta e información fitosanitaria.  Dir. Gral. de la Producción Agrícola y Ganadera. Consejería de  Agricultura y Pesca. [http://dgpa.besana.es] (04/07/2010).