Permanentemente aparecen innovaciones que buscan aprovechar mejor los  recursos productivos asociando actividades. Una opción que se ha venido  desarrollando en el último par de décadas es complementar el cultivo  hidropónico con la cría de peces en forma intensiva en estanques, siendo  el agua el punto de conexión entre estas producciones. El agua pasa en  circuito cerrado de los estanques al sistema hidropónico, para volver  reciclada a la cría de peces.
Los principios que fundamentan la asociación son:
1.- el agua que pasa de los peces al cultivo vegetal tiene  excrementos y restos de alimentos que sirven para nutrir a las plantas.  Se podría esperar que el agua saliera con un tenor de nutrientes cercano  al que poseen algunas soluciones nutritivas utilizadas en hidroponia.
2.-luego, el agua que vuelve a los estanques piscícolas ha sido  depurada, especialmente del amoniaco excretado por los peces. El agua  vuelve a una composición química aceptable para los peces mediante una  depuración biológica, dado el aprovechamiento que hacen las plantas de  los nutrientes disueltos.
Este es el principio teórico que anuncia, de alguna manera, una mejor  rentabilidad. Pero ¿dónde están las pruebas que avalen la integración?
Los investigadores Glauco E. P. Cortez, Jairo A. C. de Araújo, Paulo A. Bellingieri y  Alexandre B. Dalri del Centro Universitario Moura Lacerda y de la Universidad del Estado de San Pablo, Brasil, publicaron el artículo Qualidade química da água residual da criação de peixes para cultivo de alface em hidroponia en la Revista Brasileira de Engenharia Agrícola e Ambienta de julio/agosto de 2009.
La experiencia consistió en asociar tres cultivares de lechuga en  hidroponia con la cría intensiva de peces Brycon cephalus (nombre vulgar  en portugués: matrinxã). Entre los estanques de peces y el sistema  hidropónico se instaló un reservorio para disminuir la velocidad del  agua y decantar los residuos de mayor tamaño no disueltos en el agua,  por lo que no son asimilables por las plantas. Luego en otro reservorio  lleno con arcilla extruída se ubicaron las bacterias nitrificantes  responsables de la conversión del amoníaco excretado por los peces en  nitratos, lo cual es necesario para que las plantas aprovechen el  nitrógeno. Hasta aquí se llega conduciendo el agua entre roca calcárea  con el objetivo de neutralizar el pH. Finalmente el agua pasa a los  conductos del sistema hidropónico, retornando a los estanques de cría de  peces. 
Se trabajó con los cultivares “Tainá” (lechuga tipo América),  “Verónica” (rizada) y “Elisa” (lisa), produciendo las plantas en  bandejas de poliestileno con vermicultita y a los 21 días se efectuó el  transplante.
Se evaluaron el pH, la conductividad y las características químicas  del agua y el estado nutricional del cultivo. Se compararon los valores  de nutrientes encontrados en el agua antes de entrar en el sistema  hidropónico con los recomendados en otros estudios.
Los resultados del análisis químico de las aguas residuales indican  la presencia de la mayoría de los nutrientes necesarios para el  desarrollo de las plantas en las concentraciones cercanas a los valores  de nutrientes encontrados en las soluciones utilizadas para el cultivo  hidropónico de lechuga, salvo el potasio y el magnesio. 
La baja  concentración de magnesio en el agua no impidió el desarrollo de la  lechuga, pero las plantas mostraron síntomas visuales de deficiencia de  este nutriente. No hubo diferencias entre cultivares en la productividad  y el peso fresco de las plantas. 
También hay coincidencia con lo que ya se ha encontrado en otros  estudios: 1) que la composición de nutrientes del agua es una función de  las características químicas iniciales del agua, de la especie y de la  densidad de la población de peces y del tipo y cantidad de alimentos y  2) que el sistema de cría de peces es capaz de generar niveles adecuados  de micronutrientes para el cultivo hidropónico de plantas.
Parecería que la cuestión viene favorable pero para seguir avanzando  en el desarrollo de este sistema, los próximos estudios deberían  centrarse en la forma de aplicar potasio y magnesio -sin afectar a los  peces si se agregara al agua- y establecer una relación entre el número  de plantas y la cantidad de peces para generar un equilibrio entre la  producción de nutrientes y la producción del cultivo.
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