Se crea un invernadero que reduce el gasto de agua y regula su clima con energía solar



La Estación Experimental de Cajamar en Las Palmerillas, en colaboración con la Universidad Técnica de Berlín, la Universidad de Wageningen de Holanda y la empresa Agrotecnología e Innovación Alimentaria de este último país, presentaron ayer en rueda de prensa lo que se ha denominado el proyecto Watergy. 

Se trata de una ambiciosa investigación que consiste en la creación de un prototipo de invernadero cerrado en el que se puede controlar el clima interno sólo con energía solar. Para ello, se ha desarrollado un sistema colector solar a base de aire húmedo, compuesto por el invernadero y una torre solar, que encierra un intercambiador de calor en su interior, que permiten enfriar el recinto y almacenar el calor para reutilizarlo posteriormente.

Uno de los coordinadores del proyecto, Guillermo Zaragoza, explicó que «la torre crea una convención natural que arrastra el aire húmedo a un intercambiador donde se enfría, de manera que la humedad se condensa y se puede recuperar el agua contenida en el aire». En otras palabras, uno de los grandes logros del proyecto Watergy es que se consigue recuperar el agua de riego, depurando agua residual, además de desalar agua salobre. De esta manera se permite además un enriquecimiento mucho más eficiente del aire con dióxido de carbono, mejorando la fotosíntesis e impidiendo la entrada de insectos, por lo que se evitan los tratamientos fitosanitarios.

Aunque uno de los primeros objetivos del proyecto es precisamente el de ahorrar agua, Zaragoza explicó que en un futuro, los resultados de la investigación podrían permitir también que los agricultores pudieran autoabastecerse, de manera que el agua utilizada para las plantas se pueda recuperar para volver a ser utilizada.

Jerónimo Pérez Parra, Director de la Estación Experimental de Cajamar aclaró que de momento no se trata de una aplicación directa al campo, «aunque una vez demostrado su funcionamiento, podría incorporarse este prototipo a un modelo aplicable a la horticultura almeriense».

El invernadero de prueba, con un cultivo de judías en un ciclo de invierno, ha obtenido, según los responsables de la investigación, «un resultado estupendo, ya que las plantas no tuvieron problemas de exceso de humedad ni plagas y la producción fue bastante razonable para un ciclo similar en un invernadero convencional».

Sin embargo, la investigación no termina aquí. Los coordinadores del proyecto Watergy han ingeniado también otro prototipo que se está desarrollando en Berlín para construir un edificio que se autoabastece de agua potable y obtiene energía solar que utiliza como calefacción.
 
Todo esto es posible gracias a que un pequeño invernadero adosado a la vivienda se encarga de depurar las aguas residuales. La captación más eficaz de la energía térmica del sol en el sistema y su almacenamiento estacional permite una climatización pasiva del edificio. Además de este ahorro energético y de agua, el invernadero produce frutos y puede surtirse del aire viciado del edificio. Junto a Jerónimo Pérez y Guillermo Zaragoza se encontraban Martín Buchholz, de la Universidad técnica de Berlín, y Gerrit van Straten, de la Universidad de Wageningen.