Domingo Bueno recordó la importancia de  mantener en buen estado los invernaderos e intensificar el protocolo de  actuaciones que la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y  Alimentación del Gobierno de Canarias ha desarrollado con la  participación activa del sector durante todas las fases del cultivo, y  muy especialmente en los meses de abril y mayo, cuando termina la  campaña del tomate, con el fin de evitar un incremento de su incidencia.
Estas conclusiones se adoptaron en una  reunión técnica sobre la polilla del tomate, celebrada ayer en Las  Palmas de Gran Canaria, que contó con técnicos de la Consejería de  Agricultura, del Cabildo Insular de Gran Canaria, y del propio sector, y  con la participación de las casas comerciales de fitosanitarios,  suministradoras de enemigos naturales, y de semillas, con el fin de  coordinar las labores de estudio y control que se están desarrollando en  la Isla.
Se concluyó que ningún método por sí  sólo es capaz de controlar la plaga, es necesario seguir un protocolo de  actuación que pasa ineludiblemente por extremar la limpieza y  mantenimiento de los invernaderos, junto al control biológico, químico y  biotecnológico.
Así, se discutieron las acciones a  realizar a la hora de finalizar las plantaciones de esta campaña, la  adecuación de los cerramientos de los invernaderos y las actuaciones  preventivas que deben aplicarse en los terrenos antes de proceder a las  nuevas plantaciones. Además, se mantendrán las medidas de control  químico, biológico y biotecnológico, y el control de los almacenes donde  se manipula el tomate.
Es preciso también mejorar el uso de los  enemigos naturales que ya se están empleando, si bien está previsto  incorporar nuevas especies, que deben ser adecuadas a las condiciones de  Canarias. También han de ser analizados productos fitosanitarios  novedosos que, como los enemigos naturales, se están utilizando en zonas  productoras de tomate de la Península.
Entre estos agentes que permiten la  lucha biológica contra la polilla del tomate resaltan Nesidiocoris,  insecto depredador que se alimenta de huevos y larvas de tuta, y  Trichogramma, parasitoide que se desarrolla dentro de los huevos de  tuta. Su eficacia se ha comprobado en zonas productoras de Almería y  Murcia, si bien hay que adecuar sus condiciones de uso en Canarias.
La Dirección General de Agricultura  intensificará también la colocación de trampas de feromonas, que desde  la pasada campaña se han distribuido gratuitamente a los agricultores y  han evidenciado que la presencia de tuta es mucho menor en las  instalaciones que siguen los protocolos de seguridad establecidos. Son  cápsulas con un atrayente sexual para machos del insecto, que se colocan  a razón de dos unidades por hectárea de terreno.
Se trata de medidas ya conocidas por los  agricultores de las Islas, si bien hay novedades en cuanto a la  estrategia de tratamiento a los cultivos. Para que la información llegue  a todos los productores se dispondrá un programa de charlas y jornadas  técnicas en las distintas cooperativas con el apoyo del sector. Por  ejemplo, se ha previsto dedicar unas jornadas al estudio de la tuta el  día de San Isidro, ya en mayo, en Santa Lucía de Tirajana.
Se repartirá asimismo un nuevo tríptico  elaborado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y  Alimentación adaptado a las principales novedades en el estudio de la  plaga, con toda la información disponible y las medidas preventivas y de  control.
El director general de Agricultura,  Domingo Bueno, aprovechó para felicitar al Cabildo de Gran Canaria por  su iniciativa de implicarse en las labores de limpieza de las zonas más  afectadas por la tuta, con un plan específico que contará con el apoyo  decidido del Gobierno de Canarias.
Incidencia en Canarias
La polilla del tomate es una plaga  detectada en las Islas en diciembre de 2008, para cuya vigilancia y  detección precoz se ha dispuesto una red de trampas en todas las zonas  tomateras del Archipiélago. Se encuentra ya en todas las zonas de Gran  Canaria, Tenerife y Fuerteventura, y ya en 2007 la Consejería solicitó  al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino la limitación a  la entrada de tomates en rama en las Islas para evitar la penetración de  la tuta, que no fue estimada.
Está presente en el levante peninsular,  Italia, Holanda, Portugal o Marruecos, lo que habla de la extensión y  voracidad de la plaga, si bien los agricultores que respetan el código  de buenas prácticas y de higiene aplicables a toda explotación agrícola,  no han tenido problemas con ella.
Así, se cita como ejemplo la situación  del sector en Almería hace dos campañas, cuando se detectó la presencia  de la tuta absoluta y no se adoptaron las medidas pertinentes.  Actualmente la tuta afecta al 30% del tomate de esta provincia.