Manual de Produccion Comercial de Flores en Invernadero


Propagación de Poinsettias (Flores de Pascua)

La propagación exitosa de poinsettias (flores de pascua o nochebuena) empieza con una alta calidad de los esquejes y un ambiente ideal para el desarrollo radicular.


Esta publicación describe cuales son las condiciones óptimas en los invernaderos y las prácticas de manejo necesarias para mejorar la propagación de poinsettias y minimizar las pérdidas durante su producción


Contenido:

Preparación del Lugar de Propagación
Iniciación con Esquejes Saludables
Enraizamiento en el Medio Adecuado
Uso de Hormona de Enraizamiento con Cuidado
Luz Indirecta, Condiciones del Aire y Temperatura del Medio
Aplicaciones Oportunas de Reguladores de Crecimiento
Fertilización para Prevenir Deficiencias
Manejo de Enfermedades y Plagas


Produccion de Flores de Pascua en Invernaderos

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MANUAL DE PRODUCCIÓN DE CLAVEL EN INVERNADERO



PRODUCCIÓN DE CLAVEL EN INVERNADERO

La gran demanda que representa el clavel en los mercados florícolas, hace que se considere una de las principales especies ornamentales; es por ello, que el cultivo de clavel, representa una oportunidad de negocio para los jóvenes emprendedores rurales.
De alli, que el objetivo de este manual es que el lector sea capaz de producir flor de clavel en invernadero, aplicando técnicas y prácticas para la producción rentable del cultivo.

El contenido es el siguiente

Tema 1. Aspectos Técnicos
Origen
Importancia económica y distribución geográfica
Taxonomía y morfología
Proceso de producción
Propagación
Plantación
Riego
Tipos de claveles
Fertilización
Requerimientos ambientales
Despuntes o pinchs
Desbotonado
Control de malezas
Plagas y enfermedades
Corte de Flor
Manejo postcosecha
Clasificación y conformación del ramo
Ejercicio
Síntesis

Tema 2. Aspectos de Mercado
Presentación del producto y precio de venta
Demanda Nacional e Internacional
Ejercicio
Síntesis


Produccion de Claveles en Invernaderos

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Cómo obtener alta productividad en cultivos de invernadero



Los invernaderos son espacios con el microclima apropiado para el óptimo desarrollo de una plantación específica, por lo tanto, partiendo del estudio técnico de ambientación climática, deben obtenerse en él, la temperatura, humedad relativa y ventilación apropiadas que permitan alcanzar alta productividad, a bajo costo, en menos tiempo, sin daño ambiental, protegiéndose de las lluvias, el granizo, las heladas, los insectos o los excesos de viento que pudieran perjudicar un cultivo.

Es muy común que se improvisen invernaderos, razón por la cual en algunos países existe una composición muy heterogénea de productividad por planta o por metro cuadrado y de utilización de agroquímicos


En algunos lugares puede encontrarse productores que obtienen entre 6 y 12 kilos por planta y a poca distancia de ellos otros que producen entre 13 y 22 kilos por planta, pero también otros que solo producen entre 2 y 5 kilos por planta, sembrando las mismas semillas.

Hay un axioma que es digno de tenerse en cuenta, el que menos produce incurre en mas costos, porque es inversamente proporcional la productividad con los requerimientos de agroquímicos. A menor productividad mayor uso de agroquímicos.

Cuando una planta no es productiva es porque ha tenido problemas de exceso o falta de humedad, de exceso o falta de temperatura, de exceso o falta de ventilación, de exceso o falta de luminosidad, es decir ha tenido problemas derivados de las siguientes razones:

1. Diseño del invernadero.
2. Construcción del invernadero.
3. Manejo de la plantación.

Estudio Técnico de Ambientación Climática

Si se tiene en cuenta que las plantas son seres vivos, mal pudiera dejarse a la improvisación un aspecto tan clave como su microclima. Si en el espacio cerrado no se crea un microclima favorable al desarrollo de las plantas, por supuesto que la productividad se reduce.

Las plantas tienen unos rangos de temperaturas y humedad relativa dentro de los cuales producen eficientemente. Por debajo o por encima del rango establecido, ellas se estresan y su productividad declina. Existen también los niveles de tolerancia a partir de los cuales se detiene el proceso fotosintético.

Estos factores tan claves no son a menudo tenidos en cuenta por quienes hacen sus invernaderos y se encuentran algunos que, por errores de diseño, tienen niveles de humedad relativa altísimos que contribuyen al desarrollo de plagas y enfermedades, lo cual induce a aplicar agroquímicos, elevando los costos de operación y reduciendo la calidad de los frutos. Adicionalmente, el exceso de humedad bloquea la polinización y estos productores pierden gran parte de la cosecha debido a que, por esa razón, las flores no se transforman en frutos o se producen malformaciones en los mismos que los convierten en rechazo.

Otros aspectos importantísimos en un invernadero, que son frecuentemente ignorados debido a la improvisación, están relacionados con el viento:

En un invernadero de ambientación climática natural, el único motor que cumple la función de regulador de temperaturas y humedad relativa es el viento. Este, a la vez que cumple una función vital en la polinización, expulsa los excedentes de humedad y reduce los excesos de temperatura.

Eso explica que en su diseño tienen que considerarse la altura del invernadero y las dimensiones de las aperturas cenitales para que exista, en ese espacio, el volumen de aire requerido y se produzca la renovación necesaria.

Construcción del invernadero

En la construcción también se incurre frecuentemente en diversos errores que pudieran ser evitados con estudio, diseño y planos. Los traslapes son en ocasiones muy cortos y quedan espacios que permiten filtraciones de agua. Igual sucede con los canales que no tienen la cavidad correcta o la extensión adecuada. Valga decir que los principales problemas que confronta una plantación se derivan del exceso de humedad. La humedad debe ser absolutamente controlada.

Manejo de la plantación

Graves problemas de plagas, enfermedades, alta humedad y altísimas temperaturas se producen debido a errores en la densidad de siembra que son muy comunes en nuestro medio.

Algunas personas piensan que sembrando más plantas que las recomendables, o que manejando dos ejes, obtienen mas cosecha y se lanzan a la aventura de crear en el invernadero una selva por la que no se puede caminar para realizar las labores sin dañar flores, frutos y tallos, además de que generan un microclima inapropiado. En ese exceso de follaje se bloquea el paso de la luz que es el factor vital para la fotosíntesis, se hace barrera al viento limitando la polinización, aumentando la humedad y la temperatura, con lo cual lo que se consigue es bajar la productividad y aumentar los costos.

Los invernaderos pueden construirse de madera, caña guadúa, mixtos o metálicos y cumplen la función de crear un microclima perfectamente controlable que permita mantener la temperatura y humedad relativa más apropiadas para el proceso fotosintético de un cultivo específico, reduciendo los riesgos y los costos globales, aprovechando mejor los espacios, incrementando la productividad y mejorando la calidad de los productos.

En síntesis, la recomendación es la de hacer, para cada caso, un estudio previo de ambientación climática que permita obtener buenos resultados tanto en el campo económico como en el aspecto ambiental y de la salud humana.


Control de plagas en invernaderos: trips y mosca blanca



Actualmente los invernaderos sufren una serie de plagas mayor que en años anteriores y esto provoca que la implementación y el desarrollo de técnicas alternativas para el control de plagas en invernaderos sea una prioridad a la hora de montar este tipo de construcción. Esto se debe a que la disponibilidad y eficacia de productos tales como pulguicidas no ofrecen una solución permanente. Existen dos tipos de plagas en invernaderos que son realmente problemáticas. Una de ellas es la Mosca Blanca. Esta es la plaga más grande y dañina para los cultivos hortícolas que existe en estos días


El más afectado es el tomate ya que esta plaga es vector de muchas enfermedades víricas. Al mismo tiempo el pimiento es dañado directamente por la NEGRILLA que es causada por los hongos que crecen sobre la maleza excretada por sus larvas. Esta Plaga ha desarrollado un nivel muy alto de resistencia contra las materias químicas utilizadas. Desde el año 2001 el control de plagas de invernadero biológico, en particular el de la mosca blanca, ha tenido una mejoría notable mediante el control de parasitoides. Sin embargo éste solo funciona cuando no hay entradas masivas de las larvas, además los parasitoides solo tienen control sobre la larva desarrollada, esto significa que cualquier larva provoca un daño antes de morir. control-plaga-invernaderos-plagas

Otro control de plagas en invernaderos es la que se enfoca en los Trips. Ésta es una especie polífaga que provocan daños serios y directos lo que perjudica el valor comercial de los frutos; la forma de detectar el trips es divisando manchas blancas por picaduras en tomates y pimientos y también malformaciones en pepinos. Otros cultivos afectados por esta plaga son la lechuga el apio y el alcaucil. Al igual que la mosca blanca, el Trips a desarrollado una fuerte resistencia a los productos químicos disponibles.

Controles químicos y naturales

La forma más común de ejerecer el control de de plagas en invernaderos se lleva a cabo a través del uso de productos químicos especializados, pero como mencionamos anteriormente, tanto la Mosca Blanca como el Trips tienen una fuerte resistencia hacia ellos. Desde el año 2006 se comenzaron a utilizar ciertas especies de depredadores tales como los ácaros y las chinches u Orius. Estos últimos son depredadores muy voraces, no solo actúan contra los Trips y La Mosca Blanca, sino que también contra sus huevos y larvas. Este método para controlar las plagas debe emplearse cuando el cultivo empieza a florecer debido a que las chinches pueden reproducirse a base de polen.

Generalmente debemos contar con que pasan dos generaciones de Orius antes de que la población sea suficientemente grande para controlar estas plagas eficientemente. Dicho lapso dura aproximadamente entre 4 y 7 semanas, dependiendo de la disponibilidad de alimento y de la temperatura media que necesite el Orius. El ácaro es un método de control de plagas en invernaderos muy empleado debido a que es el enemigo natural más fuerte que tienen estas plagas, estos insectos pueblan las hojas y las flores siempre y cuando la población de Orius no sea demasiado grande ya que la chinche es también depredador del ácaro por lo tanto también lo devorará. Los depredadores de Trips y Mosca Blanca en su mayoría no sobreviven en los cultivos de tomates debido a que la secreción de las glándulas en los tallos produce que tanto el ácaro como la chinche se queden rápidamente inmovilizados. Para estos casos existe otra especie de chinches llamada Chinches Verdes que es capaz de sobrevivir pero el mayor inconveniente que tiene es que su instalación en los cultivos les lleva demasiado tiempo.

Otro método para el control de plagas en invernaderos es aplicar todas las medidas preventivas disponibles. Es importante que la estructura física del invernadero garantice el aislamiento mediante mallas anti-insectos o mosquiteros en las aperturas para ventilación. También una puerta hermética doble y una rápida y adecuada reparación de cualquier rotura en los cubiertos. Existen también las trampas cromáticas adhesivas que han demostrado ser muy eficaces. El truco es que estas trampas son de color amarrillas o azules lo que hace que las plagas se posen en ellas ya que las superficies de colores brillantes les resulta muy atractivas a este tipo de plagas y el adherente que poseen estas planchas hacen que la larva se quede pegada ella.

Invernaderos de cogeneración



He encontrado una nueva tecnología que puede ser muy interesante, los invernaderos de cogeneración, que representan un nuevo modelo de producción intensiva bajo plástico para el sector.

Este sistema permite incrementar la productividad de la planta en un 25 por ciento y genera energía ´limpia´ que, posteriormente, se puede vender a la red. De este modo, los agricultores obtienen dos vías de ingresos; por una parte, la renta procedente por la venta de su producción y, por otra, el complemento que les genera la venta de energía.


La cogeneración agrícola es la producción en un único proceso de energía eléctrica y de energía térmica destinada a la calefacción de los invernaderos. De esta forma, en los invernaderos se obtiene el calor necesario y se produce además la electricidad que se requiere para el funcionamiento de la iluminación y de los sistemas auxiliares, con la ventaja de conseguir un excedente de energía eléctrica que se puede vender a la red.

Los invernaderos de cogeneración cuentan con un motor que produce electricidad cuyo calor es aprovechado para la calefacción del espacio cubierto por los plásticos. Los gases del escape de los módulos de cogeneración a gas contienen un importante porcentaje de dióxido de carbono, que tras ser tratado, se bombea dentro de los invernaderos. Este dióxido de carbono es asimilado por las plantas como un fertilizante carbónico y como hidratos de carbono, lo que aumenta la productividad en un 25 por ciento.


Robot para injertos en Hortalizas



La técnica de injerto en hortalizas posee numerosas ventajas asociadas a la resistencia agregada a enfermedades y al incremento en calidad y rendimiento de frutos.

Debido a la eliminación del Bromuro de metilo como fumigante tradicional del suelo, los agricultores necesitan soluciones viables para controlar enfermedades y plagas como Fusarium y Nematodos, entre otras.

Hasta el momento, la mejor alternativa han sido los injertos, pero el desconocimiento en estos procesos ha desestimado su consideración, principalmente por requerir mano de obra especializada.


El uso de robots para realizar injertos sería la solución ideal, pero el costo y la dificultad de manejo de la mayoría de modelos existentes en el mercado desanima a muchos productores. Quizás por ello, la viabilidad de esta tecnología se ha asociado solamente a sofisticadas operaciones de invernadero.

Este panorama podría cambiar muy pronto con los últimos avances en robótica, que han producido máquinas más asequibles y fáciles de utilizar.

Ventajas del robot para injerto

La tecnología de robots para injerto se ha utilizado industrialmente con éxito en varias partes del mundo — principalmente en el continente asiático donde fue desarrollada, ya que los agricultores de dicha región llevan más de cinco décadas injertando.

Sin embargo, en el continente americano esta tecnología es relativamente nueva.

Uno de los beneficios de utilizar un robot es que no requiere personal especializado. Además, la máquina puede estar prendida todo el día, cambiando de turno.

Es muy difícil encontrar dos o tres turnos de especialistas.

En consecuencia, el agricultor o el vivero no debe preocuparse de la rotación de personal.

El robot evita problemas de sanidad. Con esta tecnología, la herida de la planta está expuesta al aire por menos de dos segundos, mientras que con mano de obra puede durar desde unos segundos hasta varios minutos.

La precisión lograda repercute positivamente en la sanidad de la operación. Por una parte, el corte de la planta siempre es exactamente igual, no hay desigualdades en cortes, y por lo tanto los tallos encajan perfectamente. A diferencia de lo que ocurre con la mano de obra, el robot no se cansa, ni conduce al llamado “cuchareo.”El robot elimina la curva de aprendizaje.

Lo único que se requiere es colocar la planta en el sitio exacto, y el robot se encarga de cortar y pegar. Por lo tanto, se elimina el costo de capacitación para injerto manual, y con ello los gastos extras de semillas, tiempo, charolas y tierra.

No todos los robots son iguales. Existen varios robots de alta calidad y grandes prestaciones, pero no todos se adaptan a las necesidades del productor de hortalizas en México. Recientemente se ha lanzado al mercado un nuevo robot más asequible y fácil de utilizar, diseñado para injertar diferentes tipos de hortalizas. De hecho, es el único en el mundo que injerta dos familias de hortalizas — solanáceas y cucurbitáceas. Así, se puede utilizar para injertar tomates, chiles, berenjenas, sandías, melones, pepinos y calabazas.Este nuevo robot es de fácil manejo y se puede adaptar para hacer un corte perfecto del ángulo de preferencia para el productor.

El robot tiene una capacidad máxima de 900 injertos por hora, con un promedio no inferior a 700 injertos por hora. Se requieren dos personas para operar el robot, una alimentando el patrón y la otra, la variedad.Si se requiere un sistema más industrializado, por cada cuatro robots en uso, sólo se necesita una persona recogiendo injertos.

Por lo tanto, por cada cuatro robots se requieren nueve personas en total.

Un solo robot operando dos turnos diarios por una semana, con un total de cuatro personas sin entrenamiento previo, tiene capacidad para producir cerca de 80,000 injertos.Para adquirir los mismos resultados sin el robot, se necesitarían 12 personas con un mes de entrenamiento.

El margen de error máximo de este nuevo robot es de 2%. Para alcanzar esos niveles tan bajos de error con mano de obra especializada, se necesitarían años de entrenamiento.


PRODUCTORES DE TOMATES

Cómo pueden beneficiarse los productores del uso de plantas injertadas? Xin Zhao y Eric Simonne del Departamento de Ciencias de Horticultura de la Universidad de Florida, EUA, responden a esta pregunta a través de su investigación. En 2008 publicaron un estudio sobre este tema en las Memorias del Instituto del Tomate para analizar los beneficios y retos potenciales de dicha práctica.

“Todavía no hay muchos agricultores que hayan probado en campo los tomates injertados,” afirma Zhao. “Esta técnica es bastante novedosa para la mayoría, y es necesario realizar más investigaciones para determinar con seguridad los beneficios potenciales de cultivar tomates injertados en campo abierto.”

De acuerdo al estudio, un área donde el injerto podría ser beneficioso deriva de la ausencia de Bromuro de metilo. Varias universidades, incluyendo la Universidad de Florida están estudiando los patrones resistentes a enfermedades como Marchitez por Fusarium, Marchitez por Verticillium, Marchitez bacteriana, Pudrición de la corona y de la raíz, Nematodos agalladores o de las raíces, y Virus del Mosaico del Tabaco (TMV). Varias compañías semilleras distribuyen comercialmente estos patrones o portainjertos para cultivo de tomates injertados en invernadero.

Además se cree que el injerto podría acelerar el proceso de mejoramiento genético de tomate y aprovechar de las ventajas que reporta el germoplasma. Por ejemplo, tomates con rasgos de desarrollo (sobre el suelo) deseados podrían ser injertados con patrones con rasgos inherentes al desarrollo radicular (bajo el suelo) deseados.

Eficiencia y rendimiento
Se ha observado una mejor absorción de agua y nutrientes en hortalizas injertadas, posiblemente derivado del vigoroso sistema de raíces de los patrones. Con los patrones apropiados para las variedades objetivo del injerto, puede implementarse un programa de manejo de nutrientes específico para producción de tomates injertados. De esta manera puede conseguirse mayor eficiencia en la fertilización, evitando el lixiviado de nutrientes y la escorrentía.

También se ha observado una mejora en los rendimientos de tomates injertados. Un estudio realizado en tomates de invernadero injertados mostró un incremento total en número y tamaño de frutos en comparación con tomates no injertados.

Retos y oportunidades
Existen varios obstáculos que los productores deben salvar a la hora de considerar el cultivo de tomates injertados, según los estudios. Por ejemplo, el costo ha sido el principal factor limitante debido a los gastos adicionales en semillas (dos semillas en vez de una), seguido por el espacio adicional en el invernadero (dos trasplantes en vez de uno), más suministros y mano de obra asociados al empleo de tomates injertados.

Una persona capacitada en injertos puede injertar de 125 a 150 plantas por hora, mientras que una máquina puede injertar de 300 a 1,200 plantas por hora. Sin embargo, las prácticas y tecnología de injerto están evolucionando, lo cual debería rebajar los costos.

Con la prohibición del uso de varios fumigantes del suelo, el exceso en el costo de producir tomates injertados podría compensarse con la resistencia a enfermedades y el incremento en rendimientos adquiridos con esta técnica. Actualmente los investigadores estudian minuciosamente la relación costo/beneficio de la producción convencional frente a la de injertos.

La incompatibilidad entre patrón y variedad también podría disminuir los beneficios potenciales del injerto. Para evitar esta dificultad es necesario experimentar con las uniones injertadas antes de lanzarse a la producción comercial a gran escala.

El retraso en la cosecha es otro factor que debe considerarse, ya que el proceso podría retrasar la floración debido al estrés causado por el injerto. Los productores deben tener en cuenta este proceso a la hora de planificar la siembra y el injerto.

“En general, se espera que los beneficios de utilizar plantas injertadas tales como resistencia a enfermedades y alta productividad compensen por el costo adicional asociado con el injerto, y reporten beneficios extra,” opina Zhao. “Como los costos de fumigantes del suelo continúan creciendo, y las enfermedades generadas en el suelo presentan un gran desafío, otras alternativas prometedoras, incluyendo la técnica de injerto, merecen que se les dedique más atención.”


Robots para invernaderos



Hace décadas parecía un sueño, pero hoy es posible que un robot pueda realizar tareas propias del hombre. Su empleo en el caso de la agricultura, específicamente en los invernaderos, abre amplias posibilidades productivas, sobre todo en países donde la escasez de mano de obra es un problema. Así podemos observar robots que cosechan, cortan, pizcan o aplican riegos con una precisión que, incluso, supera la mano del hombre.

Esta innovación tecnológica requiere de sensores muy precisos. Una tarea importante y difícil en el campo es defoliar —quitar hojas de cultivos—. Hay un robot defoliador o podador de hojas, que cuenta con un sistema de visión en tercera dimensión que detecta, con una precisión impresionante, el punto exacto donde hay que cortar la hoja.

El robot capta la imagen, hace una separación del tallo, analiza y determina si está inclinado el pedicelo de la hoja, se posiciona y corta. Éste es un prototipo que está siendo desarrollado en Holanda.

Otro robot que ha salido al mercado es el cosechador de lechugas, que ya se utiliza en invernaderos de Bélgica en cultivo de crisantemo. Los robots fumigadores pueden circular entre hileras de los cultivos y realizar la aspersión. Son vehículos autónomos o autoguiados que regulan su velocidad y logran una aspersión uniforme.

También hay robots de corte de estacas en rosas que después las colocan en las macetas donde van a ser transplantadas. Ya está en el mercado.

Para introducir robots en invernaderos debe haber ciertas condiciones.

Se requiere un invernadero bien controlado en clima, con estructuras donde se puedan movilizar los robots, con pisos totalmente regulares, y aunque difícilmente se podrían introducir en cultivo de rosas, en los próximos años se desarrollará.

Para Armando Ramírez, “el desarrollo de estas máquinas puede parecer bastante fantasioso, pero el hecho de que se hagan inversiones enormes significa que en esos países tenían una necesidad, que es mano de obra, y para ellos son una alternativa”.

Hay robots injertadores —desarrollados en Japón hace diez años— que en pruebas han demostrado que son más precisos que los humanos. Los robots son parte de una tecnología que se podría utilizar en México en unos diez años, precisa Ramírez Arias.