GESTIÓN ECONÓMICA DE LAS ÁREAS DE PRODUCCIÓN

1. INTRODUCCIÓN.
Son tres los factores básicos para la elección de las áreas de producción en invernadero: el coste de producción, su calidad y el coste del transporte.

El coste y la calidad de la producción dependerán de las condiciones climáticas locales, que determinan tanto el nivel tecnológico (uso de invernaderos y equipos de climatización sofisticados) de la inversión como su manejo. Las posibilidades del transporte a larga distancia han evolucionado enormemente en los últimos años, permitiendo que las áreas productoras se ubiquen lejos de los grandes centros de consumo.

En el coste final del producto también intervienen otros costes de comercialización, como la tipificación o el envasado, pero son menos importantes que los de producción y transporte.
En cultivo bajo invernadero cabe distinguir en Europa dos agrosistemas de producción:
• Agrosistema nórdico u holandés. Propio del norte de Europa, se caracteriza por una elevada inversión económica inicial en invernaderos altamente tecnificados con el fin de optimizar el microclima de los mismos, pero que lleva consigo un gran consumo de energía.
• Agrosistema mediterráneo. Se caracteriza por un nivel de inversión bajo y un menor consumo de energía, lo que se traduce en una menor productividad pero también en menores costes de producción que el modelo holandés.
La necesidad de mejorar la calidad, mediante un control climático adecuado, en los invernaderos mediterráneos implica un aumento de su nivel tecnológico, empleando invernaderos bien equipados.
2. COSTES DE INVERSIÓN.
Los costes medios de construcción de los invernaderos más comunes en el sur de España dependerán de la elección del tipo de estructura elegida, además del nivel tecnológico que permita conseguir unas prestaciones agronómicas idóneas a un coste adecuado.
A continuación se recogen los costes medios de construcción de las estructuras más usuales en el sur de España. El coste de la estructura del invernadero multitúnel de cubierta curva duplica al del invernadero parral de baja pendiente de cubierta.

La equitación tecnológica de estas estructuras lleva consigo un incremento de los costes de inversión. Existen grandes diferencias según el tipo de estructura, un invernadero parral sin equipos complementarios cuesta del orden de 7,8 € / m-2, mientras que un multitúnel bien equipado supondría un coste de inversión de unos 38,1 € / m-2.
A todos estos valores hay que añadir los gastos de inversión inicial media para la explotación del invernadero (terreno, balsa, almacén, etc.).
3. COSTES DE PRODUCCIÓN.
Los costes fijos de producción en una explotación hortofrutícola en invernadero dependen del nivel de tecnificación elegido. Para en invernadero tipo parral, sin equipos complementarios de climatización, los gastos fijos referidos al año 2000, son del orden de 0,91 €/m2 y año. En los invernaderos mediterráneos los costes fijos suponen en torno al 21% del coste medio total de producción.

Los costes variables oscilan según la especie hortícola estando influidos por el rendimiento, que está determinado por el cultivar y ciclos empleados, al igual que por el nivel tecnológico del invernadero. Asimismo, las condiciones de mercado pueden condicionar la duración de los ciclos de cultivo y por tanto los rendimientos finales obtenidos, alterándose los costes variables.

En invernadero tipo parral, sin calefacción, el principal coste variable por unidad de producto cosechado es la mano de obra, especialmente en judía, donde alcanza el 78,3% del coste variable total, seguida del tomate cherry y del pepino corto. Las diferencias entre costes de mano de obra dentro de la misma especie, además de depender del cultivar o tipo comercial empleado en el caso del tomate, tipo convencional o tipo cereza, están influidas por la forma de recolección (individual o en racimo). Los siguientes costes variables en orden de importancia tras los salarios son los fertilizantes, la planta o semillas empleadas y los pesticidas. El agua tiene escasa incidencia en el coste variable total, no sobrepasando el 7,3%.

Asimismo, es importante señalar que los costes variables de producción también dependerán del agrosistema empleado. Si comparamos el modelo de producción mediterráneo con el holandés o nórdico podemos apreciar como la mayor diferencia en los costes variables de producción radica en el coste energético (gas natural para calefacción), que supone el 35% del coste variable total en el agrosistema nórdico. En este sistema el coste variable del agua de riego es nulo, al emplear agua de lluvia previamente almacenada.