Todos los cactuseros sabemos, a través de la lectura de libros o por   consejos de algún amiguete, que el cultivo de cactus desde semilla es un   proceso lento y medianamente complicado.  La verdad, cuando uno es un   cactomaníaco, el proceso es lentísimo.  Por ejemplo, si plantamos algún   Ferocactus y tenemos éxito, a partir de la primera semana veremos aparecer   las primeras plántulas que contemplaremos con veneración.       Siguiendo los consejos de algún libro, empezaremos a dar algunos riegos   preventivos para evitar la llegada de hongos y otros bichos que puedan dañar   nuestros cactusitos.  A partir de entonces nuestra paciencia se somete a   prueba:  Durante varias semanas las plántulas “no crecen” y problemas   imprevisibles causan bajas en nuestra plantación.  A partir de las seis   semanas veremos aparecer las primeras espinas.  El proceso de conseguir un   Echinocactus de 1 cm de diámetro nos llevará unos 4-5 meses.
     Entonces viene el problema de que se nos echa encima el otoño.  ¡Glup! ¿Qué   hago?  ¿Los dejo de regar para que entren en reposo cara al invierno?  ¿Los   transplanto?  ¿Les doy más o menos luz?  ¿Qué temperaturas resistirán?...  Y   así hasta llenar dos páginas enteras de interrogantes.
     Pero, gracias a San Selenicereus Mártir, los cactus sobreviven muchas veces   a     los cuidados de     sus dueños y, finalmente, algunas de nuestras plántulas llegan vivitas y   coleando a la Primavera, nuevo ciclo de crecimiento, que permitirá que   nuestros cactusitos se establezcan.
     En el caso de un E. grusonii, un aficionado viene a tardar unos dos años en   tener una planta de las que se venden en macetas de 5cm en cualquier   floristería.  Ni qué decir tiene, durante esos dos años nos hemos vuelto   locos en cuidar y proteger a nuestros hijitos y hemos realizado   impresionantes obras de ingeniería, experimentos en compuestos de substratos   y somos, ya, unos expertos en el uso de productos fitosanitarios.  Si   hacemos la siembra con Pelecyphoras, Ariocarpus u otros, el proceso se nos   puede ir algún año más y tardar unos 3-4 años en tener una planta bien   establecida.
     Si los cactus son plantas tan resistentes, con un poder enorme de   adaptación, ¿por qué demonios resulta que algunos cactus se nos mueren y nos   encontramos con graves problemas, muchas veces irresolubles, referentes a   plagas.  ¿Somos unos manazas o ignorantes del tema?  ¿Somos unos inútiles o   tenemos mala suerte?  El asunto es grave pues podemos caer en profunda   depresión cactusera y es el motivo principal por el que muchos novicios   abandonan las filas cactuseras, cayendo a veces en el terrible error de   integrarse en el mundo cruel del Bonsái o cosas peores (la  Cactomanía en   fase depresiva puede ser terrible). 
   Pero no hay que deprimirse. Todo   tiene una explicación. No somos unos manazas, sencillamente nos faltan   medios e instalaciones para conseguir resultados más rápidos y en menos   tiempo, pero...
     Productores   masivos de cactus en Europa.
     Existen grandes viveros en Europa que se dedican a comercializar ingentes   cantidades de cactus en bandejas a los que, a veces les pegan (pinchan)   ridículas flores artificiales.  Vamos a hablar de los métodos de producción   de un fantástico viverista holandés con un invernadero totalmente   automatizado, que podría ser representativo de la faceta más comercial de   los cactus.
     En la presentación de su catálogo comercial, este productor, Sr. Damm, nos   presenta un vivero futurista que se maneja con un dedo y que nos deja   impresionados y apabullados.  A parte del sentimiento, casi seguro, de que   el Sr. Damm es extraterrestre, nos da la sensación de que el invernadero es,   en realidad, un laboratorio espacial de la NASA.  
     Una vez dejado bien claro que se trata de un vivero robotizado, el Sr. Damm   nos habla de los ciclos de producción de las plantas crasas y cactus en   particular:  “Aloes, Haworthias, y etc., dos meses desde semilla para tamaño   comercial de maceta de 5,5cm.  ¡Opuntias y Cereus, dos meses, pero   Echinocactus y otros globulares entre 3 y 5 meses!”  ¿Cómo lo consigue?    Cultivando cactus en un medio estéril, libre de plagas y hongos, en una   posición bastante sombreada, usando abonos hidropónicos, con riegos a diario   y con una alta humedad ambiental.
     Productores   masivos de cactus en España.
     España es diferente.  Aquí los invernaderos no están automatizados.  Los   robots se sustituyen por diligentes y pacientes trabajadores que plantan,   transplantan y repican sin pausa.  Mano de obra barata y un clima que ya lo   quisiera el Sr. Damm.
     La competitividad a nivel de productor es terrible.  Es necesario abaratar   los costes y acortar los ciclos de producción al máximo posible.  Si bien   los ciclos de producción en España son aproximadamente el doble de los de   Holanda, los cactus son forzados desde su nacimiento con riegos intensivos,   abonos y substratos muy ricos, y una posición sombreada que hace que crezcan   por días.
     Los cactus   baratos son los más caros.
     Cuando compremos cactus de bandeja en una floristería, debemos tener en   cuenta varios factores.  Normalmente, el substrato donde está plantado el   cactus, no solamente no es bueno para su desarrollo sino que, usualmente,   será letal en un plazo más o menos corto.  Esos cactus, al igual que las   plantas ornamentales, están destinados a una muerte casi segura.  Cuando un   cactus de     1 euro (100     de las antiguas     pesetas)     se muere, simplemente se le tira a la basura y se   compra otro.  El objetivo del productor es conseguir el máximo tamaño con el   mínimo coste para lo que es necesario saltarse todas las normas de un   cultivo apropiado.
     Los ciclos de producción son tan cortos que se ignoran los cuidados   fitosanitarios ya que las enfermedades no tienen casi tiempo para   desarrollarse e incluso, malintencionadamente, si el cactus muere   rápidamente en casa del comprador, mejor que mejor, ya que tendrá que   reponerlo y adquirir una nueva planta.  La verdad es que si esos cactus se   cultivaran en condiciones óptimas y aguantaran vivos varios años, sería la   ruina absoluta de los productores masivos de cactáceas.  
     Más vale   prevenir que curar.
     Cada vez que compremos un cactus de origen desconocido, hay que   desenraizarlo, limpiar bien de tierra sus raíces, plantarlo en un nuevo   substrato y meterle un cocktail de insecticidas y fungicidas.  Nunca lo   integremos directamente con los cactus de nuestra colección o nos   arriesgamos a tener gravísimos problemas a corto, medio, o largo plazo.  Los   cactus basura son una auténtica bomba ya que transmiten bacteriosis y   enfermedades de difícil curación.  Su origen es, casi siempre híbrido,   procedente de semillas de cultivares que nos serán casi imposibles de   adaptar.  Hace años que ya no compro cactus si no conozco al productor y el   estado sanitario de mis cactus ha mejorado muchísimo y tengo muchos menos   problemas.  Tan sólo una pega:  los cactus son lentos y el precio de un   cactus cultivado correctamente se dispara en comparación con los cactus   basura.  Pero, a lo que íbamos al principio, la mayoría de las veces no   tenemos la culpa de los desastres que golpean nuestra colección.    Desgraciadamente, al final es una cuestión de bolsillo/calidad.  ¿Existen   Ferraris baratos en el mercado?... ¿O un Seat Panda     de segunda mano     es un chollo?