Comencemos por definir en forma clara y sencilla, qué se entiende por invernadero. Básicamente se trata de un sitio en el cual puedes resguardar tus plantas de las inclemencias invernales, especialmente heladas y granizadas.
El tamaño del mismo, va en función del espacio del que dispongas. He visto invernaderos del tamaño de cajones, de estanterías y – por supuesto- de habitaciones de mayor o menor metraje cuadrado.
En pocas palabras, deberás construir algún tipo de bastidor, generalmente se usa la madera, pero en caso de estructuras mayores se usa aluminio u otros metales. El reto mayor, es rodear este bastidor de algún material que permita el paso de la luz, pero a la vez dejar prevista la posibilidad funcional del riego y de la ventilación.
En los invernaderos pequeños lo más común es utilizar algún tipo de polietileno o nylon transparente. Si hablamos de espacios más grandes, se opta por láminas de policarbonato o directamente por vidrios.